EL RETO DE DESARROLLAR UN PRODUCTO EN UN MUNDO TAN CAMBIENTE
Estamos seguros de que todos ustedes han escuchado sobre lo qué es un ciclo de vida de producto, la creación de su esencia y funcionalidad que impactará el mercado, pero ¿tenemos claro el concepto? Refresquemos la mente un momento sabiendo que, el ciclo de vida de un producto es el proceso por el que pasa un artículo comercial desde su concepción hasta su salida del mercado. El ciclo determina las 4 etapas de un producto: Introducción, crecimiento, madurez y declive.
Un aspecto indispensable al momento de crear un producto es la innovación, la cual es clave para la supervivencia de los productos en el mundo actual, el cual se mueve tan rápido que a veces ni lo percibimos.
Sin embargo, ¿por qué los productos tienen ciclos?, ¿cuál es la metodología ideal para comenzar el proceso de desarrollo?, ¿por dónde comenzar? Es importante tener en cuenta que todos los productos tienen ciclos de vida, no necesariamente los tecnológicos, sino todo aquel que pase por las manos del consumidor tiene sus ciclos.
Todas las preguntas anteriores pueden agobiar un poco, pero antes de contarte cuáles son las fases del ciclo de vida del producto es fundamental que tengas en cuenta que…
Un producto puede perder vitalidad en el mercado porque:
- Falta de inversión en nuevas funcionalidades o características.
- Pérdida de calidad con relación a un nuevo lanzamiento de la competencia.
- Restricciones a una única modalidad de oferta
- Falta de buena narrativa para el producto
Sabiendo esto, ahora si podemos entrar en materia sobre
¿Cuáles son las fases del ciclo de vida de un producto?
- Introducción: Para saber que el producto cumple con las necesidades básicas del consumidor, es necesario tener un MVP (Producto mínimo viable) que básicamente es la versión sencilla del producto que puede resolver los problemas de los usuarios. Los responsables de realizar la ejecución técnica del MVP recogen una retroalimentación de un grupo de usuarios para definir la versión que será lanzada al mercado. La fase de introducción es el momento adecuado para definir los KPIs (principales indicadores de desempeño) del producto a lo largo de su ciclo de vida.
- Crecimiento: El aterrizaje del producto a esta fase indica que tiene un buen potencial de perennidad. Aquí se observa un aumento considerable de las ventas y una mayor cantidad de canales de obtención de clientes. Al mismo tiempo, la progresión fulminante de la nueva figura del mercado ocasiona muchas miradas atentas.
- Madurez: Llegado este punto es importante exponer a pruebas más intensas al producto. Los emprendedores suelen romperse la cabeza en esta fase, pues el mercado ya conoce bien su producto y está adaptándose a su uso. Poner atención a las nuevas demandas que surgieron es fundamental, para que el producto pruebe su capacidad de cumplir más de una función.
- Declive: No cabe duda de que este es el momento más temido para cualquier empresa enfocada en productos. Aunque haga muchos intentos para posponerlo, en algún punto se hará inevitable. Factores como los cambios de interés en los consumidores y la progresión masiva de uno de los competidores, pueden provocar la declinación de los productos.
Conclusión:
Sabemos que puede dar un poco de susto, comenzar un producto desde 0, y que implica muchas cosas, pero con el equipo correcto podrás delimitar tareas y el esquema de trabajo más productivo para ti y el producto que quieren desarrollar.
Recuerda tener en cuenta la necesidad de hacer análisis de la competencia cada cierto tiempo. El aprendizaje de lo que están haciendo bien y mal es un recurso buenísimo para direccionar las iniciativas de una empresa en sus productos.
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El desarrollo de productos es un proceso intenso que implica personal técnico especializado, metodología, procesos extensos y especialmente muchas iteraciones, incluso una vez terminado el producto, sin embargo puede haber errores que retrasen el lanzamiento el mismo y sin un equipo dedicado de desarrolladores de hardware, firmware, case, probadores, diseñadores y otros, es difícil imaginar un resultado exitoso. Esto puede abrumar fácilmente a cualquier empresa.